sábado, mayo 05, 2007

Divagaciones




Como te puedo tomar en serio si te tomas la vida como un juego,
si veo en tu rostro que disfrutas la tristeza que tus venas necesitan…
en el fondo eres más feliz que cualquiera a tu alrededor, aunque suene paradójico,
pero así eres tú con tu risa infantil y tus ojos enigmáticos.
Hedonista no pasaras por la vida sin sentir intensidad y así te amo, así te deseo como seguramente muchos lo harán.
Tú sabes sufrir hasta la médula, es tragicómico, pero es… Contigo los clásicos griegos abrían dejado de desear a los hombres jóvenes y hubiesen volteado todas las miradas hacia tu belleza angélica demoníaca.
A tu lado aprendí que no hay una consecuencia del ser, más bien que no existe eso que llamamos personalidad, que sólo creamos para revertirnos de una seguridad patética arraigada en nuestra sociedad esquematizada. Amor, amor como disfruto esos momentos en que dejamos de reflexionar entre el ser y no ser y nos perdemos en un infinito sentir, que importa que seamos unos vulgares inconscientes… ya abra tiempo para filosofar.
Me gustas porque no eres como esos maniquís “perfectos” que viven sin vivir, porque tú no has perdido esa capacidad de reacción que te permite frenar tus pasos para sufrir y luego seguir tu camino, ya no caminando, sino saltando y hasta corriendo aunque eso pueda significar el riesgo de caerte… ya que importa, no le permites a nadie que guíe tu existencia con aprobaciones o reprobaciones de tus acciones. Te amo en la soledad y en la interacción con los otros… pero sé que tu belleza tiene su máxima expresión en la soledad del silencio que reconoce sólo tus palabras.
Han pasado personas por tu vida que no han querido encontrarte, que se han dedicado a desfigurarte causándote un profundo dolor… yo no quiero amor que tus ojos se tiñan de salado, ellos aún no han aprendido a mirar más allá de sus narices… sólo perdónalos y sigue derrochando esa magia que sólo algunos pueden reconocer sin dejarse llevar por esa apariencia contradictoria que muchas veces das.